miércoles, 26 de octubre de 2011

Ratibrón para Bayreuth


En los periódicos de hace año y medio hablaban de una invasión de ratones en la escena de Bayreuth. Estos ratones representaban a los nobles de Brabante, los varones en blanco y las hembras en rosa. Los escenógrafos quedaron con la cabeza aliviada con semejante majadería.

El público de Bayreuth normalmente ante estas felonías a los argumentos de las óperas responde con un rotundo abucheo, cosa que ya ocurrió el año pasado con Lohengrin o este año con la pesadilla conceptual de la escenografía del Tanhäuser. El abucheo se oía de tal manera en la radio que retumbaba el teatro con los bufidos de los espectadores indignados. Al salir a escena el direcor de orquesta, el coro o los solistas, Bayreuth se derrumbaba con los aplausos, pero al salir el escenógrafo se prorrumpía en abucheos y befas.

Las hermanas Wagner, que para otras cosas gestionan bien el festival con actividades para que los niños vayan conociendo y aficcionándose a las óperas del maestro, en la cuestión escénica están provocando un general malestar entre los wagnerianos. Estas hermanas parecen influidas por las últimas tendencias del arte al poner en escena las óperas, es una cosa abyecta, que producen repulsión en general. Las ratoneras o las plantas químicas no son buenos escenarios para los dramas musicales wagnerianos. El próximo año en el festival será mejor poner un Ratibrón en algunos rincones de Bayreuth para exterminar esta plaga roedora que infecta la escena.

No sería mucho más agradable una representación clásica, con el juego y variaciones que puede dar a la escena: unos nobles caballeros ataviados adecuadamente, un emperador Enrique sin corona de cartulina, un Lohengrín con brillante armadura y una Elsa de belleza e inocencia sin par. La ambientación del siglo X se lograría con unas formas románicas o carolingias. Reclamemos una escenografía digna, podemos convenir en algunos cambios estéticos pero que no supongan la alteración total del contenido argumental. No hace falta devanarse mucho los sesos, se pueden mirar fotos de representaciones de otrora, cuando el buen gusto y la calidad imperaban en Bayreuth. Hablé del Lohengrin y el Tanhäuser ya que si me metiese con algunas representaciones del Anillo o el Parsifal de los últimos años podría estar echando sapos y culebras todo el día contra las hermanas Wagner y sus pesadillas conceptuales.

martes, 18 de octubre de 2011

Redención para el Redentor

En esta imagen vemos la escena del coro final del drama sacro Parsifal, del maestro Wagner. Mientras el Grial resplandece con nuevo esplendor ante los caballeros, Kundry muere redimida y el coro exclama "redención para el Redentor". Esta exclamación coral es interpretada en muchos foros wagnerianos desde una perspectiva del gnosticismo, pero aquí haremos una interpreación de carácter litúrgico-crítico que me parece se ajusta más al argumento de la ópera. Hay que entender el término redención en esta frase en el sentido siguiente, que las sagradas reliquias, el Grial y la lanza de Longinos, fueron liberadas o redimidas de las manos indignas que las mancillaban. Redención sin sentido soteriológico es la mejor interpretación de este pasaje. Las reliquias estaban mancilladas por las manos de Kilngsor, hechicero que había robado la lanza sagrada, y por las manos de Amfortas, indigno custodio del Grial.

En el tercer acto, antes del encanto del Viernes Santo, Gurnemanz empieza a relatar que se ven privados del resplandor del Grial porque Amfortas no quiere oficiar con él. Los caballeros del Grial de la contemplación del mismo sacaban el alimento espiritual y la fortaleza para poder luchar, al no poder verlo se ven reducidos a la decadencia y no poder participar en luchas o embajadas variadas. La decandencia llega al punto que Gurnemanz  puede decir que se alimentan de vulgar pitanza. Esta queja amarga del viejo caballero del Grial, nos puede servir de trampolín para la trasposición crítica de hoy. La ausencia de la liturgia del Grial hunde en la decadencia a los caballeros del reino de la fe pura, así como la ausencia de la liturgia católica en la Iglesia la hunde en la decadencia y en la autodestrucción.

Desde hace más de cuarenta años la Iglesia ha desterrado las formas tradicionales de la liturgia romana y ha introducido por las manos de un mal custodio una Misa donde la adoración, el sentido sacrificial, la trascendencia y la bellleza han desaparecido, con la consecuente desorientación de gran parte del clero que no sabe lo que hace cuando sube al altar, ni renueva el sacrificio ni se da cuenta de su función como mediador. Tras esta situación el pueblo cristiano, como los caballeros del Grial, se ve privado del alimento espiritual que lo fortalece, la gracia divina, ya que no son abiertas las puertas celestiales para que baje desde el trono de Dios hasta las almas de los fieles. Después asistimos a las quejas de tantos pastores de la Iglesia que no saben el por qué de la situación, se quejan y no ven que la causa de toda esta devastación está en la crisis litúrgica y teológica. Todo esto produce una decadencia y una situación mortecina en el seno de la Iglesia. Necesitamos una acción a lo Parsifal, redimamos al Redentor de esas manos que lo tienen mancillado, rescatemos la liturgia de la Iglesia de las manos de esos custodios impíos a lo Amfortas o de oscurantistas hechiceros a lo Klingsor, volvamos a las cristalinas fuentes de la liturgia tradicional de la Iglesia y de ese modo volverá el vigor del pueblo cristiano, se restaurará el flujo pleno de la gracia, los encargados de oficiar con el Grial volverán a tener clara su misión, se acordarán de renovar el sacrificio redentor y de su papel como mediadores entre Dios y los hombres; y podremos exclamar extasiados ante el resplandor de la Sangre divina en la consagraciónm de la Misa: redención para el Redentor, liberado de las formas mediocres, liberado del culto immanente y nihilista, liberado de la ñoñez e infantilismos varios y resplandeciendo en la obra de arte total que es la liturgia católica tradicional.

jueves, 6 de octubre de 2011

Posibles novedadades para Bayreuth

Tras las últimas tendencias de las hermanas Wagner en cuestiones escenográficas, desde este blog vamos a dar una serie de enclaves del noroeste del noroeste de España donde se podrían sacar unas ideas para las escenografías de Bayreuth. Los enclaves están sitos en las cuencas y alrededores de dos ríos gallegos: el Eume y el Mandeo. El modelo escenográfico varía según escojamos uno u otro.
En caso del Eume tendremos las siguientes posibilidades: el Castillo de Andrade podría ser el Walhalla; el río en sí, la cuenca del Rin; el monasterio de Caaveiro, la roca de la Walkyria; y, en llegando a Ombre, el pueblo de Gibich. Si remontamos el río, a través del parque natural, encontramos una formación rocosa que podría ser la gruta de Fafner y en los mismos remolinos del río la bajada al mund nibelungo.
En caso del Mandeo aún es más grandilocuente: el mirador de Espenuca hace una hermosa roca de la Walkyria, el Monte do Gato hace una buena base para el Walhalla, el Campo de los Caneiros es el lugar ideal para poner a las Nornas a tejer los destinos, y en cuanto llegamos a  Betanzos, sobre el viejo puente podriamos encontrar a Hagen hablando con Alberich, y hacer de Betanzos la corte de Gibich. Remontando el Mandeo hay los restos de un pequeño balneario de aguas sulfuradas, que mejor enclave para las grutas nibelungas, y en el remanso de Chelo, pueden nadar las hijas del Rin protegiendo su oro.
Esta propuesta parece un Bayreuth galaico pero el uso de estos parajes daría un vuelco estético a las novísimas locuras de las hermanas Wagner. Los wagnerianos estamos hartos de naves industriales, cuero, ratones, maestros pintores y otras experimentaciones estéticas de las hermanas con estudios de Bellas Artes, por no decir Artes Abyectas por el horror estético que suponen sus escenografías. Insto a los Wagnerianos de Galicia que paseen por estos lugares y me darán la razón. No usen fuego para generar realismo ya que el Seprona no descansa.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Reunión con Fafner y Fasolt

Asistí ayer a una reunión convocada por una institución en la cual al momento de ruegos y preguntas, dos miembros del público asistrente comenzaron a lanzar acusaciones contra esa institución y contra al presidente regional de la misma. Las acusaciones versaban fundamentalmente sobre el quebranto constante, según ellos, del presidente regional de una serie de principios. ¡Qué comience la diversión!
El presidente regional podría ser Wotan cuando rompe los pactos inscritos en su lanza, y los dos miembros del público los gigantes que cambian a Freia por el resplandeciente oro del Rin. Estos gigantes llegarían a matarse si fuese menester por el uso de ese oro por divergencias de criterio. Las acusaciones son un tanto infundadas por la nimiedad de las mismas, ya que los gigantes nunca se caracterizaron por su gran inteligencia.  
Para aclarar el entuerto del simil lo mejor será despejar las incógnitas de este algoritmo aquí planteado. La asociación es la Iglesia, los gigantes dos clérigos díscolos a la par que herejes, el Wotan regional el Obispo.
Estos gigantes acusan a Wotan de romper pactos absurdos y aún encima se regodean de su actitud. El abandono de Freia por el oro es una realidad recurrente en el tiempo actual, cambiamos la salus animarum por la programación, la estadística, la psicología barata, etc. El cambio de Freia por ese oro es la apuesta por tesis pelagianas o semipelagianas en el mejor de los casos, dejando de lado las manzanas doradas que alimentan a los dioses que es la gracia divina que se niegan a invocar. La apuesta por ese oro maldecido por Alberich sólamente acarrea la muerte a aquel que lo posee. Cuando los miembros de la Iglesia cambian la gracia por la gestión acarrean la muerte para ella.
Tras la asistencia a semejante reunión lo único que faltó fue el fratricidio gigantil. A pesar de esta ausencia la atmósfera que quedó llena de bochorno y agobio estaba necesitada del Heda-hedó de Donner para limpiarla. Como católico-wagneriano imploro un Donner que limpie esta atmósfera para no acabar ahogados por la hediondez de la herejía. Si nos dejamos llevar por el amor al oro las consecuencias son claras, bastará preguntarle a las Nornas cuya identidad ya revelaré.