miércoles, 9 de noviembre de 2011

Hasta las Nornas se dan cuenta

Las Nornas son unos personajes de la mitología nórdico- germana que tejen el destino de las gentes a la sombra del fresno del mundo. Son tres y cada una tiene una función: Urd nos habla de lo que fue, Verdandi nos habla de lo que es y Skuld nos habla de lo que debería ser. Estas tres Nornas al comienzo del Götterdämmerung nos auguran el final de la raza de los dioses por las locuras de Wotan. Si estas tres nornas nos hablasen del catolicismo...¿qué nos dirían?

Comenzaría la narración Urd, que nos contaría las glorias de la Iglesia: los mártires, los padres, los concilios de la antigüedad, el desarrollo de la dogmática, la gloria de las misiones, la caridad de las instituciones, la solución de los problemas internos a través del brillante magisterio de los Papas, los grandes Doctores medievales, la lucha contra los errores de todos los tiempos, y lo más importante, el culto perfectísimo tributado a Dios nuestro Señor. Una vez que Urd hubiese acabado su canto vendría Verdandi a describirnos el día de hoy.

Verdandi comenzaría por hablarnos de una situación de descontrol doctrinal, litúrgico y moral que adviene a raiz del Vaticano II. Esta situación de descontrol nos lleva a la descomposición de lo que el catolicismo es en sí, relegándolo a unos flatus vocis de humanismo vago y pensamiento débil que no convence a nadie excepto a niñatos tontainas. Esto es un terremoto dentro de la misma Iglesia que produce el descontento de los fieles que se ven ridículos tras perder la gloria de tiempos no tan lejanos. Cualquier intento de arreglo se ve boicoteado por las hordas nibelungas del progresismo y la herejía. El canto de Verdandi se acabaría hablándonos de la tensión en el hilo que está tejiendo.

Por ultimo vendría el canto de Skuld, nos hablará de lo que debería ser. Lo que tendría que ser es que el catolicismo romano volviese a hundir sus raices en la más pura Tradición de la Iglesia. Pero al ver que las hordas nibelungas atacan sin piedad a la raiz del gran árbol sólo queda una posibilidad, que se declare a los herejes, que sean expulsados y castigados por fomentar el error entre los fieles cristianos, por llevar a la perdición eterna a muchas almas y por ningunear la Preciosísima Sangre de nuestro Redentor. Si no las cosas irán mucho a peor, el descontrol irá a más, el culto será más burdo y carente de contenido hasta que el hilo que Skuld teje se rompa. Es necesario que advenga el ocaso de los mediocres, de los herejes, de los trepas y pelotas, de los simoniacos y si es necesario, que Brünhilde pida el fuego para que esa ralea sea pasto de las llamas. Asi resurgirá la Iglesia católica sin mancha, ni arruga, ni nada semejante.

Las Nornas hasta se dan cuenta de los problemas del catolicismo actual. Esperemos que los pastores de la Iglesia escuchen este canto de las Nornas en sus sueños y despierten con ganas de reformar las cosas, hacer desaparecer el error, o por lo menos perseguirlo, restaurar el orden y volver a dar el culto debido a Dios nuestro Señor. De este modo el hilo no se romperá y estas Nornas podrán seguir cantando las glorias de nuestra Iglesia.

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